El parque arqueológico de la Civitella es uno de los secretos mejor guardados del interior del Cilento.

Olvídese de los millones de turistas al año de las grandes atracciones arqueológicas de Campania (Pompeya, por ejemplo), donde las maravillas arqueológicas deben “vislumbrarse” entre la multitud de visitantes.

Aquí hay que vislumbrar los restos arqueológicos … ¡entre castaños centenarios!

De hecho, el sitio fue descubierto muy recientemente, hace poco más de 50 años, precisamente por la orografía del lugar: a lo largo de los siglos, la naturaleza había recuperado estos espacios. Y hoy ofrece para ello una espléndida fusión entre hallazgos históricos y monumentos naturales.

Pero inmediatamente interesó a universidades importantes: por ejemplo, el profesor A. Schnapp de la Universidad de París ha estado investigando la Civitella durante años.

Los restos indican claramente que se trata de una estructura defensiva de la marca griega que data del siglo IV a.C.: la Civitella era el phrourion de Elea hacia las tierras de los Lucanos, un puesto militar defensivo que servía para controlar los territorios griegos de estos vecinos poderosos y belicosos.

Tiene una doble muralla megalítica con cinco puertas de acceso, que sigue la orografía y discurre por tres lados: el lado norte estaba protegido naturalmente por un precipicio. La función defensiva se amplió con la presencia de un protyron, una especie de cuello de botella hacia la puerta interior que impedía el paso de un gran número de personas. Los bloques pseudoisodómicos recuerdan a otra muralla griega del Cilento, la de Policastro.

Los espacios habitables están ubicados en la parte más interna, para una mayor protección. La Acrópolis, la parte superior, albergaba un lugar de culto.

Uno de los elementos más extraordinarios es precisamente la fusión del edificio con el paisaje. La fortificación aprovecha las características de la colina, desde cuya cima es posible tener un campo de visión que va desde el mar de Elea hasta las montañas y la llanura del río Alento. Esto lo convierte en uno de los ejemplos más admirables de arquitectura militar de la antigüedad.

Y este lugar tan envuelto en belleza es todavía hoy un descubrimiento formidable: lejos de las multitudes, reserva para sus visitantes la emoción de caminar al mismo tiempo en medio de la naturaleza más pura y de la historia más fascinante.