A pocos kilómetros del famoso mar de Palinuro hay un pequeño pueblo encantador con una historia muy larga.
Con poco más de 200 habitantes, tiene sus raíces en tiempos prehistóricos. A lo largo del río Brularo se encuentran los restos de un asentamiento que data de la Edad del Cobre y de la Edad del Hierro, según algunos estudiosos con carácter defensivo.
En la Alta Edad Media, las persecuciones iconoclastas del emperador bizantino empujaron a muchos monjes basilianos hacia el Cilento: en San Nazario fundaron un monasterio, uno de los más importantes del Cilento, que hoy es la Iglesia de San Nazario mártir.
Es entonces en San Nazario donde San Nilo fue tonsurado como monje: alrededor del año 1000, San Nazario formaba parte de Mercurion, una de las áreas más importantes del monaquismo greco-oriental, apretujada entre el Principado lombardo de Salerno y la Calabria bizantina.
Aquí los monjes basilianos dieron un gran impulso a la economía, iniciando actividades que habrían caracterizado a San Nazario durante siglos. El aprovechamiento del agua de los arroyos que abundan en la zona se adaptó sabiamente a estas necesidades.
Introdujeron el curtido del cuero, del que obtenían, entre otras cosas, pergamino.
Y construyeron una serie de molinos de agua, todavía perfectamente visibles y abiertos a los visitantes en la actualidad.
El camino, llamado Camino de los Monjes, es apto para todos y muy impresionante tanto por la mano del hombre como por el contexto naturalístico en el que se encuentra, entre olivares, castañares y una espléndida vista del valle del Lambro y Capo Palinuro.
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