Cabo Palinuro y su fascinante belleza no necesitan muchas presentaciones.
El encanto de este rincón del paraíso ha cautivado a navegantes de todos los orígenes durante siglos.
Los Griegos colocaron allí muchos de sus Mitos, el poeta latino Virgilio eternizó su nombre, entregando el personaje de Palinuro a la leyenda de la fundación de Roma, una empresa exitosa porque “Unum pro multis dabitur caput”: “se ofrecerá una sola vida para salvar a muchos”. Palinuro, timonel de Eneas, cae al mar y aterriza en estas costas donde es asesinado, en el lugar que “Aeternumque locus Palinuri nomen habebit”, se llamará para siempre Palinuro.
Palinuro que el poeta Ungaretti llama, en el hermoso Recitativo, Timonel vencido por un emblema perdido.
Palinuro es sin duda uno de los lugares más conocidos y renombrados de la Costa del Cilento. Cada año, muchos turistas acuden en masa a sus hermosas playas.
Pero hay un Palinuro desconocido y no menos bello: el de sus más de 2500 años de historia.
Este trekking urbano, que es a la vez uno de los foto - trekking más bellos, acompaña a los viajeros por los lugares emblemáticos de Palinuro, contando su historia.
Lugar habitado por poblaciones nativas desde el siglo XVI a.C., como demuestra la necrópolis de Tempa della Guardia, fue un admirable ejemplo de sympoliteia en la época griega, a partir del siglo VI a.C.: Palinouros en el lado norte del Cabo, Molpé en el lado sur.
Las dos ciudades habían creado una polis común, lo suficientemente poderosa como para acuñar monedas. De las excavaciones arqueológicas se han encontrado monedas incusas: la muy famosa Pal - Mol (Palinuro Molpa), testimonio de la riqueza de esta franja de Magna Grecia, límite entre Elea y los poderosos Sibaritas. Una de ellas está en el British Museum, signo de su altísimo valor.
A lo largo de los siglos, la importancia de Palinuro continúa. Aquí el Rey de España quiso construir una importante almadraba. También remontan a la época española las numerosas torres de vigía costera, mientras que de la época napoleónica es el Fortino di Monte d’Oro, donde las tropas francesas se atrincheraron durante la Década francesa (1805 – 1815).
En Palinuro, un lugar que tanto amaba, vivía el rey de Nápoles, cuñado de Napoleón Bonaparte, Joaquín Murat, quien decía de Palinuro: “¡Lástima que no sea una isla!”. El lugar donde vivió, Palacio Murat, está en el centro de la ciudad, escondido entre callejuelas características.
El centro del país vio entonces el epílogo de las insurrecciones de Cilento de 1828, el primer intento libertario de unir a Italia en forma de república.
El paseo termina en uno de los lugares más bellos y menos conocidos de Palinuro: el Antiquarium - Museo Arqueológico, simplemente uno de los museos más evocadores de todo el sur de Italia.
Aquí es posible ver una serie de artefactos arcaicos y griegos muy importantes, signo de la fusión entre Enotrios y Griegos, todos encontrados en el territorio de Palinuro, cofre de tesoros, que sí tiene uno de los mares más bellos del Mediterráneo … ¡Pero también mucho, mucho más!
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