Creado en 1985 con el objetivo de proteger su rico ecosistema, el WWF Oasis de Morigerati es uno de los ejemplos más particulares de karst en Italia.
Aquí el río Bussento reaparece de las entrañas de la tierra, unos 6 km más abajo del sumidero La Rupe donde desaparece. Y aquí crea un sistema de cuevas de espectacular belleza. Dos puentes de madera permiten observar el profundo desfiladero tallado por el incesante trabajo del agua, que ha dado vida a un misterioso hipogeo en que discurre entre rápidos, pozas y cascadas.
Un cañón cubierto de exuberante vegetación, donde crecen musgos, helechos, sauces, alisos junto a fresnos, carpes, robles y muchas otras especies espontáneas.
Este ambiente incontaminado es el hábitat de especies raras y preciosas, en otros lugares en peligro de extinción y que abundan aquí: la nutria, la salamandra, la muy rara Salamandrina terdigitata, y luego trucha, camarón, cangrejo.
Un lugar donde la Naturaleza, la que tiene una “N” mayúscula, da lo mejor de sí misma y lo gana todo.
Naturaleza que, como suele suceder en ese “Paisaje Vivo” que es el Parque del Cilento, está siempre y en todo caso en sinergia con el hombre: el camino de hecho atraviesa un antiguo molino, testimonio de una época en la que la fuerza de la naturaleza era la subsistencia para el hombre, que con el chorro de agua de Bussento molía trigo y tenía así harina y pan.
El área es un Sitio de Interés Comunitario, cubre alrededor de 607 hectáreas y también está en la lista mundial de Geoparques.
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